jueves, 21 de marzo de 2013

AL DESCUBIERTO: LA LUNA LLENA DE CERNUDA

Denso, suave, el aire
Orea tantas callejas, 
Plazuelas, cuya alma
Es la flor del naranjo.

Resuenan cerca, lejos, 
Clarines masculinos
Aquí, allí la flauta
Y oboe femeninos

Mágica por el cielo
La luna fulge, llena
Luna de parasceve.
Azahar, luna, música, 

Entrelazados, bañan
La ciudad toda. Y breve
Tu mente la contiene
En sí, como una mano

Amorosa. ¿Nostalgias?
No. Lo que así recreas
Es el tiempo sin tiempo
Del niño, los instintos

Aprendiendo la vida
Dichosamente, como
La planta nueva aprende
En suelo amigo. Eco

Que, a la doble distancia, 
Generoso hoy te vuelve,
En leyenda a tu origen.
Et in Arcadia ego.

"Luna llena en Semana Santa", Luis Cernuda



Siete son las fases de la luna como siete son los días de la Semana Santa que en breve comienza, algunos disfrutaremos de vacaciones y otros de procesiones.

Para ellos, amigos y conocidos, acerco hasta aquí uno de los más bellos poemas sobre Semana Santa escrito por la pluma del sevillano Luis Cernuda, al que le bastaron siete estrofas para plasmar la explosión de sentimientos que provocan estas fiestas a través de los sentidos, "azahar, luna, música".

Exiliado tras la guerra civil, no volvió nunca a su tierra pero quiso recordar desde su exilio en Méjico su Semana Santa sevillana como aquella Arcadia infantil símbolo de una felicidad absoluta que ya nunca volvería.

Y así, igual que el poeta, espero que disfrutéis de estos días como el niño sin conciencia, "Es el tiempo sin tiempo", y las nostalgias tan sólo recrearlas pues bien sé que no es fácil negarlas.

Hasta pronto, Vela.

lunes, 11 de marzo de 2013

"ORGULLO Y PREJUICIO", de Jane Austen

Detalle de la primera edición

El pasado mes de enero se cumplieron doscientos años de la primera edición de ”Orgullo y prejuicio”, fue un 28 de enero de 1813 cuando se publicó el título más reconocido de la escritora Jane Austen, la cual, no firmó esta primera edición que rezaba “por la autora de Sentido y sensibilidad” libro que curiosamente firmó como “una dama”.

Mis primeras lecturas sobre la obra de Austen serían de otros títulos y fue con este libro cuando realmente descubrí una escritora maravillosa con una prosa ágil, sencilla, capaz de transmitir emociones universales como el amor, el desengaño, la hipocresía o la aceptación social, sentimientos que nos afectan a todos y sean quizás la razón que convierten al libro en imperecedero.

La autora sitúa la obra en la Inglaterra rural donde reside la familia Bennet compuesta por los padres y cinco hijas, situación que desespera a la señora Bennet quien tiene por única preocupación casarlas con pretendientes acaudalados. La vida monótona de la familia se verá revuelta con la llegada al condado de un nuevo vecino el señor Bingley, joven casadero y poseedor de una cuantiosa fortuna que llegará acompañado del señor Darcy.

Con esta trama Jane Austen realiza una crítica satírica y mordaz de la sociedad de su época donde refleja no sólo la vida doméstica sino la hipocresía y la distancias sociales a veces tan absurdas que existían.
A través de su heroína principal, la inolvidable Elizabeth Bennet, quien vivirá toda suerte de situaciones y desencuentros con Fitzwillian Darcy, Jane Austen denunciará la situación de desamparo en la que se encontraba la mujer soltera de su época.

Así nada más comenzar nos presenta las preocupaciones de la señora Bennet por casar bien a sus cinco hijas al precio que sea, las cuales, no podrán heredar la propiedad debido a su condición femenina que recaerá en manos del señor Collins, primo de la familia y personaje secundario delirante. La llegada del señor Collins también convulsionará la vida de Elizabeth pero sobre todo de su amiga íntima Charlotte Lucas que aceptará un matrimonio de conveniencia porque empieza a ser demasiado mayor “a la edad de veintisiete años” y es consciente además, que su boda solucionará todos los problemas de la familia Lucas.
Pero es en el pragmatismo de Charlotte ante su boda donde la autora nos muestra las reglas impuestas a las mujeres de su época:

“Aun cuando no tenía un alto concepto de los hombres ni del matrimonio. Éste había sido siempre su mira, además de ser la única aspiración honrosa de una joven bien educada y con escasa fortuna; y aunque no era seguro que proporcionase dicha, constituía el más grato refugio contra la necesidad”

También adopta una actitud moralista y previene de los riesgos que corren las jovencitas dispuestas sólo a la diversión sin más, como es el caso de las hermanas menores Lydia y Kitty, despreocupadas, coquetas y ansiosas por casarse como si se tratara de una competición, tanta irreflexión las llevará finalmente a un escándalo social.

Paralelamente a todos estos hechos Jane Austen nos mostrará, a través de diálogos ingeniosos, la evolución de los personajes principales y veremos así como Elizabeth madura al descubrir los prejuicios equivocados, fundados en malentendidos, que tenía hacia el joven señor Darcy, quien a su vez deberá abandonar su orgullo y aceptar la posición social, la vulgaridad de los parientes para no perder a su amada señorita Bennet.

No sé cuantas veces he podido leer esta obra y sigo sonriendo cada vez que alguien la resume como una historia romántica, aunque también. Recordando el título original que iba a tener las “primeras impresiones” de esta novela pueden ir en ese sentido, sin embargo, el lector pronto descubrirá que “Orgullo y prejuicio” es mucho más, que Jane Austen reflejó en su novela algo más profundo pues realizó el retrato irónico de una sociedad contradictoria a la que lanzó denuncias sobre la situación de la mujer y para ello, no dudó en exponer a sus heroínas al dolor, al escándalo, al ridículo y por supuesto, al amor verdadero.

Hasta pronto, Vela.

Incluyo este título en los siguientes retos:
- Reto Bicentenario Orgullo y prejuicio: 1/1
- Reto En Femenino: 1/15