Vuelve Murakami, o mejor expresado, volvió el
pasado octubre con el libro que hoy os dejo al descubierto, “Los años de peregrinación del chico sin color”.
Conocemos
a Tsukuru Tazaki quien durante su juventud coincidirá
durante un trabajo de voluntariado con cuatro jóvenes, dos chicos y dos chicas,
iniciándose así una amistad sólida, armoniosa, donde todos se ayudaban y
fortalecían pero donde Tsukuro se sabía diferente, él es el único descolorido
de la pandilla pues todos están apellidados con colores.
La
vida sigue y todos deberán pensar en su futuro y el de Tsukuru está en Tokio
donde quiere estudiar ingeniería para cumplir su sueño de construir ferrocarriles
en un futuro. Abandonará así Nagoya y sin saberlo a sus amigos, pues durante el
segundo año de carrera y en una de esas vuelta a casa por vacaciones recibe la
noticia de que ya no pertenece al grupo, la pandilla ha decidido echarlo, sin
explicaciones. Inesperadamente Tsukuru pierde sus pilares, se queda aún más
sólo y comenzará entonces un peregrinar, un viaje que cambiará no sólo su aspecto
físico:
[…] “A lo largo de nuestra vida vamos descubriendo poco a poco
nuestro verdadero yo; y, a medida que lo descubrimos, perdemos parte de
nosotros mismos” […]
Pasarán
más de dieciséis años y algunas relaciones por su vida para que Tsukuru se
estabilice, estuvo tentado a suicidarse, y decida enfrentar el pasado,
abandonar esos años de peregrinación fuera de su ciudad y descubrir aquello tan
grave que parece que ocurrió para poder así enfrentar su futuro.
Después
de tres años tras la publicación de 1Q84, para muchos su obra más completa, vuelve
un Murakami más accesible que vuelve a crear
dudas al lector mediante los sueños que luego se diluyen en una novela lineal,
mucho más realista aunque con la huella de Murakami en
cada descripción, en cada imagen, la simbología propia de este autor y como no,
la música, en este libro la banda sonora elegida es el conjunto de suites para
piano Années de Pèlerinage (los años
de peregrinación como el título del libro) del húngaro Franz Liszt.
Quizás
llegados a este punto muchos piensen que Murakami
vuelve con más de lo mismo, razones hay para ello, sin embargo en conjunto me
ha gustado la lectura, el diálogo interior del protagonista, como describe ese desequilibrio
ante la pérdida del grupo de juventud que aunque no queramos ejerce presión en
nuestras vidas, en nuestras decisiones.
Debo reconocer que hay un “pero”, me ha
sorprendido que el autor mantenga muchas expectativas, muchas intrigas para
luego descubrir que no conducen a ninguna parte que además hacen que el relato
pierda intensidad, a veces incluso me han parecido forzadas e innecesarias las
inclusiones del plano sobrenatural tan característico del autor que no suman a
la narración.
En
resumen, es un relato muy murakaniano,
de fácil lectura que he disfrutado más que otros títulos del autor.
Hasta
luego, Vela.
Editorial: TUSQUETS EDITORES
Nº páginas: 320 páginas