No descubro nada si comento
que muchas grandes novelas con el tiempo han sido llevadas al cine y las nuevas
generaciones tienen esos títulos en el imaginario hecho que no facilita que se
acerquen al texto original. Soy culpable, conocía este título por la película
que existe y tampoco he visto pero sería un artículo leído recientemente en
prensa el que impulsó mi curiosidad hacia el libro que hoy os dejo al
descubierto “Matar a
un ruiseñor”, de Harper Lee.
Parece que el drama racial en
Estados Unidos no va a terminar nunca según los últimos acontecimientos
ocurridos y ya expondría Harper Lee en esta
magnífica novela que alcanzó el Premio Pulitzer el año 1961.
A través de nuestra
protagonista Scout, niña muy singular de apenas 9 años, iremos
conociendo el micromundo de Maycomb en Alabama durante los años 30 donde vive con su hermano Jem, cuatro años mayor que ella, y su padre Atticus Finch abogado del condado.
La apacible vida de la
familia comenzará a tambalearse cuando al padre le encarguen un singular caso,
la defensa de un hombre negro, Tom Robinson,
acusado de haber violado a una muchacha blanca de apenas 19 años.
A partir de este suceso la
autora plasma de manera inocente, pues la voz narradora es Scout, una serie de hechos escalofriantes que
revelan la intolerancia real que existía en dicha comunidad orgullosa de mantener
las desigualdades sociales y la segregación racial en el sur de los Estados
Unidos
La familia Finch se convertirá así, en blanco de la asfixiante
comunidad donde residen debido a la búsqueda que realiza Atticus para lograr una defensa justa a Tom a pesar de ser muy consciente de la
incapacidad del sistema para ello y que la autora resume de manera memorable en
la siguiente sentencia del personaje:
[…] “Simplemente,
el que hayamos perdido cien años antes de empezar no es motivo para que no
intentemos vencer” […]
De lectura ágil y con escenas
realmente sublimes, Harper Lee avanza
en una historia de final predecible aunque no menos sorprendente y se ayuda con
una serie de personajes que le sirven para denunciar una sociedad obsoleta y
decadente en lucha con otra, minoritaria aún como Atticus Finch, ávida
de cambios. Destacar entre ellos al peculiar Dill, un niño
vecino de la familia Finch
excéntrico y donde los críticos coinciden que la autora plasmó a su antiguo
amigo de la infancia Truman Capote.
Como ya avancé al inicio ni
he visto la película ni había leído el libro y de repente, leo en un artículo
de prensa que este verano (la fecha prevista es el próximo 14 de julio y
llevará por título “Go, set a watchman” ) saldrá a la luz la segunda parte o secuela de
esta historia pues existe un manuscrito olvidado por la autora, de 88 años de
edad y retirada desde 1964, que ha sido descubierto casualmente por su amiga y abogada
Tonja
Carter.
Dicho manuscrito, escrito a
mediados de los años cincuenta y anterior a “Matar a un ruiseñor”, será publicado sin revisiones, tal y como fue escrito alcanzando
unas 304 páginas.
La noticia, excesivamente hollywoodiense,
fue como un resorte y decidí comenzar por el origen, el primer y único libro
que ha escrito hasta ahora Harper Lee, que la
llevó directamente al reconocimiento mundial. Inolvidable y tristemente actual.
Imagen del
Harper Lee y Gregory Peck (protagonizando a Atticus Finch)
durante el rodaje de
“Matar a un ruiseñor”.
Hasta luego, Vela.
Ficha Técnica:
Editorial: ZETA BOLSILLO
Año de Edición: 2008 (1ª Edición año 1960)
Páginas N °: 416 Páginas
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